Mayte Martín en la XXVII Cumbre Flamenca de Murcia
Memento es una incitación al recuerdo. A esta acción sanadora de agitar la memoria para rendir culto a lo que nos precedió y agradecer lo que nos fue concedido. El acto de detenerse a reflexionar sobre lo esencial.

Memento es una incitación al recuerdo. A esta acción sanadora de agitar la memoria para rendir culto a lo que nos precedió y agradecer lo que nos fue concedido. El acto de detenerse a reflexionar sobre lo esencial.
Nunca encontré un término que definiera mejor mi relación con el flamenco, que denominara de forma tan precisa este motor que me impulsa a rendir culto al pasado, este respeto religioso que profeso al flamenco que me parió y a los que han hecho de él este tesoro que venero.
Honrar es lo que quiero. Y por eso pongo a su servicio mi sentido del decoro y de la libertad. A partes iguales. El primero para contribuir a preservar con rigor sus preceptos, que vienen dados por una ética y una estética que son herencia sagrada; el segundo, para poner todas mis capacidades creativas, imaginativas y emotivas a su servicio, para ser vehículo que conecte el pasado con el presente, para buscar dentro de mí y dar luz al resonar de los ecos antiguos que hablan con mi voz. Nunca encontré un término que definiera mejor mi relación con el flamenco, que denominara de forma tan precisa este motor que me impulsa a rendir culto al pasado, este respeto religioso que profeso al flamenco que me parió y a los que han hecho de él este tesoro que venero.
Honrar es lo que quiero. Y por eso pongo a su servicio mi sentido del decoro y de la libertad. A partes iguales. El primero para contribuir a preservar con rigor sus preceptos, que vienen dados por una ética y una estética que son herencia sagrada; el segundo, para poner todas mis capacidades creativas, imaginativas y emotivas a su servicio, para ser vehículo que conecte el pasado con el presente, para buscar dentro de mí y dar luz al resonar de los ecos antiguos que hablan con mi voz.
Mayte Martín nacida en Barcelona en 1965, Mayte Martín pertenece a esa extraña categoría de artistas que no necesitan, ni quieren, sacar un disco cada dos años para sobrevivir, ni por conservar un sitio en la actualidad o en la memoria del público.
Es una de las cantaoras de mayor prestigio del panorama actual del flamenco. Posee el aval del reconocimiento de los críticos, la aquiescencia colectiva de la afición y un interesante fajo de premios. Pero el reconocimiento más extendido le llega de la mano del público, que aprecia su cante preciosista y sereno, lleno de matices..
Nacida en Barcelona en 1965, Mayte Martín pertenece a esa extraña categoría de artistas que no necesitan, ni quieren, sacar un disco cada dos años para sobrevivir, ni por conservar un sitio en la actualidad o en la memoria del público.
Es una de las cantaoras de mayor prestigio del panorama actual del flamenco. Posee el aval del reconocimiento de los críticos, la aquiescencia colectiva de la afición y un interesante fajo de premios. Pero el reconocimiento más extendido le llega de la mano del público, que aprecia su cante preciosista y sereno, lleno de matices.